Línea capilar Leche de cabra Ziaja: Champú & mascarilla

Puede que sea de las últimas en estrenarse con la ya famosísima marca polaca Ziaja, y no era por falta de ganas. El bombardeo sobre la marca en los últimos meses (o años!) ha sido más que evidente y todo el mundo contaba las bondades de cada uno de los productos de la casa. Precisamente creo que achaco mi tardanza a ese bombardeo, que terminó por saturarme y haciendo un efecto contrario en mi por saturación.

Pero como buena 'potinguera' he terminado sucumbiendo a la marca y, como no sabía por dónde empezar, me estrené a lo grande y compré el champú y la mascarilla de la línea de leche de cabra, el gel y body milk de Orangebutter, y un contorno de ojos. Ahí es nada. 

Pero vamos por partes y para que esto no se haga muy pesado, empezaré contando mis impresiones sobre el champú y la mascarilla. 

El champú

La línea de leche de cabra es, quizás, una de las más famosas, si no la que más, de la marca. Tanto, que el champú, la mascarilla y el acondicionador son una ampliación de esta, que empezó siendo de productos corporales y faciales. Compré el champú con la intención de convertirlo, en caso de que me gustara, en el que usara a diario ahora en verano y reservar algo más los que suelo usar en invierno, ya que está indicado para pelo dañado, seco y de aspecto mate. Tal y como se queda el pelo tras unas vacaciones, básicamente.

De textura bastante líquida y color blanco nacarado, lo que primero destacaría de este producto es su olor. Tiene un olor cremoso a limpio que me gusta muchísimo, además, permanece en el pelo independientemente de si uso la mascarilla o no. Hace bastante espuma y gracias a su textura líquida cunde bastante.

Me ha gustado bastante, la verdad. Sin tener grandes pretensiones con él, cumple, deja el pelo limpio, suelto, con un aroma agradable y no es muy agresivo. Para uso diario en época de verano lo veo estupendo. Eso sí, no podemos esperar encontrar en él una súper lista de ingredientes, porque no los tiene, es más, los ingredientes de origen natural en la lista son anecdóticos. Es un champú sin pretensiones, sin más. Al menos no contiene ni siliconas, ni parabenos. Menos da un ñusco. 

Ingredientes:

aqua, sodium laureth sulfate, cocamidopropyl betaine, Ammonium Laureth Sulfate, Glycol Distearate, Laureth 4, Poliquartenium-10, Hydrolized Keratin, Propylene Glycol, Goat Milk Extract, Sodium Chloride, Sodium Benzoate, Parfum, Linalool, Citronellol, Hexyl cinnamal, Benzy, Salicylate, Eugenol, Alpha-Isomethyl Ionone, Citric Acid.

El envase contiene 400ml y tiene un precio de 2,90€.

La mascarilla

Compré la mascarilla con la misma intención con la que compré el champú: Reservar otros tratamientos en verano, donde el pelo se lava más a menudo y alternar con una gama de uso diario para pelo seco. De textura tipo crema y el mismo olor que el champú, mi intención fue usar la mascarilla a modo de acondicionador. Cunde tanto como el champú gracias a su textura. Cumplir, cumple, el pelo queda suelto y suave y sí que he notado que me da un extra de volumen que agradezco. Pero será por la época del año -ya sabemos que el verano hace estragos en las cabelleras- que mi pelo necesita un extra. Así que he terminado usando un aceite sin aclarado en las puntas y así sí.

Una vez más, no podemos esperar una lista de ingredientes que entre por los ojos ni que invite a la compra por su composición, es más, volvemos a tener una ensalada de químicos importante. Si no tienes en cuenta esto y sólo te fijas en el resultado, te animo a probarla. La gran baza de Ziaja es precisamente el precio de sus productos y por probar no perdemos mucho. Si eres de las que se fija en la lista y busca ingredientes naturales y activos, no es que no sea tu mascarilla, es que no es tu gama (ni tu marca, me atrevería a decir).

El tarro contiene 200ml y tiene un precio de 2,90€.

Como conclusiones, diría que ambos productos tienen una composición 'normalita', pero que, al fin y al cabo, son agradables de usar y el resultado de usarlos, sin ser espectacular, no es malo. 

Creo que Ziaja es una marca que ha sabido venderse y, una vez que he probado sus productos, no es que me parezcan malos productos, sino que tampoco me parecen tan impresionantes como para el boom tan impresionante que hemos vivido.