10 conceptos que toda Beauty Lover debe conocer

Crema hidratante de malva silvestre, de Dhyvana.

Que vivimos en la era del marketing y la publicidad es un hecho. Cada día, las marcas nos bombardean con reclamos publicitarios que nos atraen con sólo leerlos en los envases, y hace que deseemos un producto sin, muchas veces, conocer al 100% sus efectos, su composición, su eficacia, sus beneficios, o si realmente es ese producto el que más nos conviene.

En el mundo cosmético, esto se traduce en un batiburrillo de conceptos que, como buena 'beauty lover' estás harta de leer y escuchar: hidratación, nutrición, reafirmar, y, si entramos en el lenguaje más puramente cosmético, términos como antiage o antiox. Pero, ¿sabemos realmente diferenciar uno de otro? ¿Qué beneficio es el que más nos conviene? ¿Qué debemos buscar exactamente en un cosmético? Sólo conociendo qué significa realmente cada concepto, podremos saber qué es lo que nuestra piel necesita y así aportárselo para obtener el resultado que esperamos y sin que vengan las temidas decepciones. Por ello, gracias a la colaboración y conocimientos de Dhyvana, en este post elaboraré una lista con los 10 conceptos que, si eres una auténtica amante de la belleza, debes conocer. 

1- Hidratación: Quizá pueda parecer un concepto básico, pero no lo es. A menudo recibo emails preguntándome, por ejemplo, cuál es la diferencia entre hidratar y nutrir, lo que me hace darme cuenta de la enorme confusión que existe entre estos términos. Hidratar es aportar líquidos y lípidos a la piel. Con la edad y el desgaste de las glándulas sebáceas, la piel va perdiendo su propia hidratación y, gracias a la hidratación cosmética, además de retener la suya propia, aportaremos un extra. En general, podemos decir que hidratar es lo más básico que se le puede pedir a una crema facial.

2- Humectar: Cuando hablamos de humectar, nos referimos a aportar sustancias que retengan el líquido en la piel, lo que vendría a ser una especie de hidratación profunda. La mayor parte de cremas hidratantes también son humectantes, aunque, normalmente, si una crema indica que es humectante, está indicada para pieles más maduras o pieles secas que necesitan un extra.

3- Nutrición: Es, quizás, el concepto más amplio de esta lista. En cosmética, que es lo que nos ocupa, cuando hablamos de nutrición nos referimos a productos que aportan principios activos con diferentes funciones. Por ejemplo, el aloe vera o la caléndula, que aportan vitaminas, minerales o extractos calmantes respectivamente, o los aceites botánicos, que aportan a la piel ácidos grasos y vitaminas. Nutrir es, básicamente, aportar nutrientes, y aunque el concepto puede parecer muy amplio, en la cosmética, las cremas nutritivas son las que gracias a su composición, ayudan a prevenir o reparar el envejecimiento.

Crema hidratante de malva silvestre, de Dhyvana.

4- Emolientes: Cuando hablamos de emoliente, nos referimos a ablandar la piel, ya sea para rebajar inflamaciones o durezas. Son cremas emolientes, por ejemplo, las indicadas para los pies, y lo ideal es evitarlos en la piel facial.

5- Iluminar: Iluminar es intentar reducir el efecto apagado de la piel, señal de que está envejeciendo, que la circulación ha disminuido, o que está deshidratada o desnutrida. Al tratarse de un síntoma, se puede prevenir y reducir de diferentes formas, por ejemplo exfoliando la piel y eliminando células muertas la piel se alisa y se verá limpia y luminosa. Siendo constantes, con una exfoliación suave dos veces en semana, conseguiremos mejores resultados que con una exfoliación agresiva muy espaciada en el tiempo. Para mantener la piel luminosa es básica una rutina de limpieza, nutrición e hidratación que conseguirán que la piel esté sana y consecuentemente luminosa. Por último, destacar la famosísima Vitamina C y sus resultados a la hora de iluminar la piel: estimula la formación de colágeno y el riego sanguíneo, por lo que el uso de productos que la contienen da en la piel un efecto luminoso inmediato.

6- Reafirmar: Cuando hablamos de reafirmar, lo que buscamos ayudar a la piel a recuperar su elasticidad y fuerza. La pérdida de elastina y colágeno en la piel hacen que se vea flácida y con un aspecto envejecido. Al tratarse de moléculas grandes, la piel no las absorbe con facilidad y, por tanto, la mejor opción, es estimular su generación natural. La vitamina C nos puede ayudar a este respecto, ya que como he comentado más arriba, fomenta su formación natural, e incluso entra en juego la llamada 'nutricosmética', pudiendo ingerirlo por vía oral. Otra opción es estimular la producción de estas proteínas con masajes cutáneos con aceites reparadores como el de aguacate o vid.

Tónico vitaminado de azahar con vitamina C, de Dhyvana.

7- Arrugas: Así, como concepto. Odiadas por todas y todos y desconocidas por muchos. Son también consecuencia de la degeneración de la piel: pérdida de fuerza, elasticidad, deshidratación. Están directamente relacionadas con la pérdida de firmeza, y suelen manifestarse antes que la pérdida de firmeza general y la falta de luminosidad. Además de ser provocadas por otros factores, como el fotoenvejecimiento (exposición solar muy prolongada y sin la protección adecuada), el tabaco o la contaminación.

Aceite facial aguacate y vid, de Dhyvana.

8- Cuidado Antiedad (o Anti Age): Cuando hablamos de cuidados antiedad nos referimos a todo aquel tratamiento que repare o prevenga el envejecimiento de la piel. Como éste no se debe a un único factor, los tratamientos son diferentes en cada marca y serás tú misma quien deba encontrar el que mejor te vaya. La base de cualquier tratamiento facial será la hidratación, así que cualquier tratamiento antiedad deberá contar con una hidratación profunda de la piel, duradera, y que no obstruya los poros, pero aún así, cuando la piel envejece, la hidratación no será suficiente, y será imprescindible incluir extractos reparadores (vid, rosa mosqueta, aguacate..) que ayuden a combatir los signos de la edad, es decir, que la mantengan firme y elástica. Ayudarán también a que la piel se regenere más rápido. Un buen cuidado antiedad debería incluir antioxidantes, crema de noche (que es cuando la piel se repara) y, por supuesto, protección solar. Podríamos resumir un cuidado completo  en 3 partes: Hidratar, reparar y proteger. 

9- Minerales: Es importantísimo consumirlos tanto vía oral como tópica. Por vía oral, al hidratar, lo que hacemos es mantener el nivel de minerales óptimo.  Aplicados en la piel, también son nutrientes maravillosos para incluir en nuestra rutina. En cosmética pueden encontrarse en las distintas sales: magnesio, manganeso, selenio, zinc, por sus propiedades específicas (antiinflamatoria, cicatrizante..) o en forma de complejos que incluyen minerales, como el aloe vera.

10- Antioxidantes: Por último pero no menos importante. Los (tan de moda) antioxidantes. Nuestro cuerpo se mantiene con vida gracias a un proceso metabólico constante. Uno de los productos de este proceso son los radicales libres, moléculas que han perdido un electrón, y que intentan oxidar las células de nuestro organismo. El cuerpo los equilibra de manera natural, pero el tiempo no pasa en balde y poco a poco perdemos la capacidad de reparar a la misma velocidad con las que estas moléculas se producen. A todo esto, además, hay que sumar las agresiones externas: sol, tabaco, grasas animales.. Este desequilibrio provoca el envejecimiento debido a la oxidación. Y aquí es donde entran los antioxidantes. Las vitaminas y los carotenos neutralizan los radicales libres previniendo que oxiden células vivas, protegiendo nuestra piel del estrés oxidativo, es decir, del envejecimiento.

Por supuesto, no son los únicos conceptos, realmente son muchos más y la lista va cada día en aumento, pero sí creo que son suficientes y espero que, aunque pueda parecer largo de leer, te resulte un tema interesante. Creo que merece mucho la pena conocer a fondo y aprender a diferenciar cada concepto cosmético, porque sólo desde el conocimiento podremos dar solución a las necesidades exactas de nuestra piel. 

Me gustaría terminar este post dando las gracias a Aurora, de Dhyvana, por compartir conmigo (y contigo) su sabiduría y por la cesión de los productos para ilustrar este post.