Formula Pura: La línea más natural de Deborah Milano

Hace unas semanas Deborah Milano me dio la sorpresa del día con esta nueva línea de maquillaje en la que, uniéndose a esta moda (que ojalá no sea tal y dure mucho tiempo) por lo natural, ha decidido apostar por fórmulas más limpias, sin parabenos, siliconas, derivados del petróleo ni fragancias artificiales. Esta nueva gama lleva por nombre Fórmula Pura y promete ser delicada y bien tolerada por las pieles más sensibles, con unos productos de alta calidad y resultados óptimos, y se postula como una alternativa al maquillaje convencional.

Los de la foto de arriba son los que yo estoy teniendo la suerte de probar y de los que hoy te hablaré, así que sin más dilación, vamos a ello.

Labiales:

La gama cuenta con 7 tonos que van desde el nude más discreto al rojo más escandaloso y precisamente son los dos extremos los que tengo en mi tocador. Entre sus componentes se encuentran la manteca de karité, el aceite de argán, el aceite del albaricoque y el de rosa canina. Contiene ceras vegetales como la de abeja y la de carnaúba. A pesar de no contener perfumes, el olor de estas barras de labios es increíble, tanto que no sabe una si ponérsela en los labios o comérsela, un olor dulce, avainillado y azucarado. Este olor se debe a que la fórmula contiene aroma de vainillina, así que si eres asidua a la repostería, podrás hacerte una idea de su fantástico olor. Además de tener un 47% de ingredientes de origen natural, el 30% corresponden a las normas ECOCERT. 

Los dos tonos que yo tengo son el 08 y el 10, un nude que tira al coral y un rojo pontentísimo respectivamente. De textura muy cremosa y acabado brillante, se deslizan genial por los labios y no resecan absolutamente nada. El tono coral no acaba de convencerme para mi, es más claro que mi tono natural de labio y no termina de sentarme bien. El 10, sin embargo, me tiene enamorada. Es un rojo con subtono azulado que sienta fenomenal y tiene un acabado precioso una vez puesto. De duración andan muy bien también, además cuando desaparecen, lo hacen de forma gradual y por igual, sin dejar unas zonas pintadas y otras no. Destacar también su maravilloso olor a vainilla, que me tiene totalmente encandilada.

Lápices de ojos y Eyeliner:



Eyeliner: En formato rotulador y con punta de fieltro, Deborah nos promete 14 horas de duración y resistencia al agua. También nos garantiza que no transfiere. El que yo tengo es el tono marrón, aunque es tan oscuro que casi podríamos estar hablando de un 'negro claro', sobre todo una vez seco. Me ha sorprendido porque, efectivamente, no transfiere a pesar de haberlo llevado puesto muchas horas. El trazo de la punta es potentísimo y no flaquea, y eso me encanta, además una vez seco queda completamente mate y fijo al párpado. No he puesto a prueba su resistencia al agua, pero sí puedo decir que soy de lagrimeo fácil y lo resiste perfectamente. 

Perfiladores de ojos:  De textura suave y deslizado fácil para no irritar los ojos. Están disponibles en 4 tonos (negro, marrón, azul y verde). Contienen ceras vegetales, aceite de coco, y aceite de candelilla. Los dos que yo tengo son negros, así que no puedo comentar nada sobre el resto de tonos. Los utilizo para la línea de agua y el resultado es estupendo. Color potente, muy buena duración y algo que me gusta mucho de ellos es que no terminan acumulados en el lagrimal, que ya es mucho decir. Además como usuaria de lentillas, tengo que decir que son bastante compactos y que no sueltan virutillas al utilizarlos. Si alguna vez has tenido alguna pizca de lápiz dentro del ojo con la lentilla puesta, sabrás por qué es tan importante esta información. 



Esmalte Fórmula Pura:

5 tonos más un top coat componen la gama de esmaltes de Formula Pura, que prometen un color cubriente y un brillo excepcional. Con un 80% de ingredientes de origen natural, no contienen formaldehídos, tolueno, DBP ni alcanfor, lo que los convierte en esmaltes '4 free'. He probado el tono rojo rojísimo de la gama, un color precioso e ideal para el otoño (aunque un buen rojo no tiene época y es bienvenido todo el año). Cubre perfectamente con una capa aunque siempre doy dos, por costumbre. Una vez seco, el acabado es brillante, muy bonito e intenso. Tanto con, como sin top coat, la duración es estupenda, lo he llevado 5 días sin que mostraran ningún síntoma de que hubiera que renovar. Me han gustado mucho tanto como con el tono como con la duración.

Bases, corrector y máscara:



Máscara transparente: Indicada para fijar tanto pestañas como para cejas. En las pestañas no la utilizo porque, aunque tengo muchas, las tengo cortas y rectas y poca cosa consigo, en cambio sí la he utilizado mucho en las cejas, que son de naturaleza (muy) rebelde y consigue fijarlas y que no terminen despeinadas. Tiene un pero, y es que hay que usar poquísima cantidad porque como te pases, deja residuo que se puede ver a simple vista y claro, no es agradable. Regulando la cantidad y 'escurriendo' muy bien el gupillón, las cejas se quedan igualmente fijas en su sitio y no gastaremos producto de más. Menos es más, que se suele decir.

Base de maquillaje:  Deborah la describe como ' una emulsión fluida que protege la piel de las agresiones externas manteniéndola hidratada a largo plazo. De textura suave y aterciopelada que se funde con la piel, cubre las imperfecciones minimiza los poros y matifica las zonas oleosas sin efecto máscara'. Yo diría que su cobertura es media y que su textura fluida hacen de ella una base poco pesada y muy agradable de llevar. Mi tono es el 02 y se me ajusta perfectamente. Su acabado me encanta, es muy natural y unifica el tono muchísimo. Con el paso de las horas se defiende bastante bien y no necesito retoques, pero sí es verdad que mi piel es seca, si la tuya es grasa, probablemente la necesites matificar con el paso de las horas. Me ha gustado mucho el acabado 'piel perfecta' que deja en la piel. 



Corrector: Corrector en stick que vale tanto para la zona de la ojera como para imperfecciones varias. Aunque a priori el formato barra no es mi favorito por lo densas que suelen ser este tipo de fórmulas, la verdad es que se desliza y se trabaja bien y no deja 'parches'. La primera vez lo utilicé sin mucha fe y me sorprendió gratamente, cubre sin marcar líneas y la fórmula resultó no ser tan densa como parecía. Como más me convence utilizarlo es cogiendo producto directamente de la barra con un pincel, así la cantidad a poner es la justa y necesaria. 


Polvo compacto: No sé qué sorprende más, si su olor a vainilla que lo inunda todo nada más abrir la polvera, o su tacto finísimo. La marca nos cuenta que se pueden utilizar tanto encima de la base como solos. Yo los he utilizado siempre solos cuando he querido prescindir de la base y el resultado es una piel unificada pero de apariencia muy natural y de piel de terciopelo. 

Máscara negra Volumen Extremo: Promete larga duración y acabado extra negro. Tengo que confesar que las primeras veces que la usé no me gustó, la fórmula estaba demasiado fluida y no atinaba bien a conseguir ese efecto dramático sin que pareciera que tenía las pestañas mojadas. Tras abrirla varias veces, la fórmula se está volviendo más densa (o menos líquida) y ahora sí empiezo a conseguir lo que promete, unas pestañas largas y separadas. Además, por muchas horas que pase con ella puesta, al menos en mi caso, no termina en la ojera. Su cepillo tupido no deja pestañas fuera y las alarga de una pasada.

Con la formulación del maquillaje suelo ser bastante más permisiva (o menos exigente) que con la de la cosmética porque, además de no esperar (a priori) ningún resultado de el maquillaje a nivel de tratamiento de la piel, en mi caso no está, ni mucho menos, el mismo tiempo en contacto con ella. Pero esta colección ha sido para mi una alegría con la que poder comprobar que cada vez más marcas de gran consumo toman conciencia y apuestan por colecciones sin tóxicos o, al menos, por formulaciones menos agresivas que podemos encontrar sin ningún tipo de dificultad en las perfumerías.