Perfume La Sultane de Saba: Viaje por la Ruta de Malasia

Aunque siempre estoy predicando a los cuatro vientos que me encantan los perfumes, la verdad es que se dejan ver por el blog menos de lo que me gustaría y llevo ya un tiempo planeando una entrada perfumística, así que ese día ha llegado y hoy voy a contar mis impresiones sobre 'Viaje por la ruta de Malasia', de La Sultane de Saba.

Para empezar por el principio te contaré que La Sultane de Saba es una casa parisina que no sólo comercializa perfumes, sino que también tienen productos cosméticos y de tratamiento corporal, todos con un punto en común: Su perfume embriagador e inspirador. Es una marca nacida en Spas que sabe muy bien que el olfato es sentido muy potente a la hora de transmitir sensaciones y trasladarnos a cualquier lugar del mundo sin ni siquiera movernos de casa.

Todos sus perfumes están inspirados en rutas cuyos olores se concentran en los preciosos envases que ya dejan entrever que estamos ante un perfume atípico, lejos de los perfumes comerciales y con una elegancia que hace que nada más verlo, den ganas de acercar la nariz para ver qué se esconde dentro de él.

Cada perfume cuenta una historia, un viaje por algún lugar del mundo, así, podemos encontrar entre ellos nombres como 'Viaje por la ruta de Oriente', 'Viaje por la ruta de Las Delicias', 'Viaje por la ruta de Udaïpur' y el que hoy nos ocupa: 'Viaje por la ruta de Malasia'.

Se presenta en una botella negra de cristal con tapón y etiqueta con la información del perfume en metálico, muy sobrio y robusto pero muy elegante a la vez. 

Es un perfume totalmente floral, de hecho su estructura se compone solamente de dos notas, magnolia champaca y flores orientales. Tengo que decir que aunque con los perfumes tengo un gusto amplio, mi preferencia se acerca más a perfumes orientales, y la primera vez que lo olí me impresionó porque está perfectamente conseguido. Es un macerado de flores que me ha enamorado por su pureza. Olerlo es como oler un bouquet de flores tropicales. Sin nada más. 

Es un olor dulce, limpio, a flores blancas y amarillas, con un punto parecido al jazmín pero sin ese toque 'mareante' que pueden tener las fragancias que lo contienen. Es intenso, pero no cargante. Y sobre todo y a riesgo de repetirme: Muy conseguido. Muy puro. No hay nada que me disguste más que un perfume floral que no huela a flores de verdad, que huela a 'algo parecido a la flor' o incluso que huela a flores y a lo largo de las horas mute a algo indefinido o sintético y a lo que termino deseando dejar de oler. Lo que más me ha gustado de este perfume es que su olor se mantiene exactamente igual desde que lo vaporizas. No evoluciona y aunque pueda parecer simple, creo que ahí está la riqueza y el encanto de Viaje por la Ruta de Malasia.

Con respecto a la cantidad, dos o tres vaporizaciones son suficientes para mi, no olvidemos que estamos ante un agua de perfume y su intensidad es notable. El perfume tiene que notarse, pero no debe ser invasivo y aunque una fragancia me encante, prefiero pecar de discreta y reaplicar si es necesario a lo largo del día, que pasarme de primeras. Además, este tiene una muy buena estela y con un par de pulverizaciones he recibido cumplidos y preguntas sobre cuál era el perfume que llevaba. 

Su duración es otro punto a destacar, las primeras veces que lo usé pensé que en mi, tenía una duración media. A lo largo del día notaba que perdía intensidad, pero definitivamente, era una cuestión de que mi olfato se acostumbra a él hasta dejar de notarlo, al menos tan intensamente. Esta sensación duró poco porque pronto me di cuenta de que con un gesto de muñeca, una ráfaga de viento, ¡ahí está! No he necesitado reaplicarlo porque siempre está, y se nota. Al final, me gusta mucho más la sensación de que de alguna forma 'desaparezca' de mi olfato y vuelva a sorprenderme cuando menos lo espero a estar oliéndolo continuamente y terminar saturándome de él más pronto que tarde.

Es un perfume cálido y acogedor, el primer perfume que tengo de la marca y desde luego, estoy deseando oler los demás. Quizás sea el primer perfume floral que no me canso de utilizar y que no creo que tenga una estación concreta de uso. Es igual de válido para el frío o el calor, el día o la noche. Por su aroma intenso a flores, quizás parezca más adecuado o apetezca más en primavera, pero no pienso esperar a que llegue para comprobarlo.

¿Te lo recomiendo? Si te gustan los perfumes florales, cálidos, el olor de las flores todavía en la planta o en un ramo, sin duda sí, te lo recomiendo porque creo que te va a encantar. Yo todavía estoy muy sorprendida con lo fiel y real que es este aroma y lo que estoy disfrutando de tener la oportunidad de disfrutar de una primavera en pleno invierno.