Bruma corporal perfumada Flor de Tiaré y Aloe Vera La Sultane de Saba

Aviso de antemano que esta entrada viene cargadita de flores, y con toda la razón me diréis 'pues menuda novedad', pero tengo excusa, porque esta vez las que traigo son muy especiales: Las flores de Tiaré.

Unas entradas atrás os contaba lo importantes que se habían vuelto para mi las brumas faciales en esta época, y hoy le toca el turno a una bruma corporal de La Sultane de Saba, una marca que repite en el blog y ya apareció tiempo atrás con uno de sus perfumes que, a día de hoy, sigue estando entre mis florales favoritos.

La Sultane de Saba es una firma cosmética parisina que no se limita a los perfumes, sino que también tiene lociones, mantecas, jabones, aceites corporales... Todos ellos basados en la aromaterapia y que nos invitan a viajar a través del olfato. Sus productos se dividen distintos aromas de flores exóticas de diferentes zonas del mundo y cada gama cuenta una historia o viaje diferente por algún lugar del mundo, y ya los nombres de sus gamas dejan entrever qué podemos encontrar incluso antes de olerlas.

Esta vez volvemos a hablar de flores, y vuelven a ser flores blancas. Si hay una flor que representa el verano en todo su esplendor, las playas paradisíacas y el clima tropical, ese es el Tiaré o Frangipani, también los Hibiscos, pero la gran diferencia entre ambos es sin duda, el aroma de la primera. Tan intenso y agradable es que en esta época encontramos multitud de cosméticos con su olor, sobre todo bronceadores y perfumes, que muchas veces son más un intento que se queda en la intención más que otra cosa. 

Quienes hayáis tenido la suerte de oler estas flores sabréis que su olor es inconfundible, que te atrapa y se hace muy difícil separarlas de la nariz, y os habréis dado cuenta de que queda muy lejos de ese olor que muchas marcas venden con su nombre. El aroma real es un tanto intenso, pero muy fresco, de los que apetecen sobre todo en esta época del año por sutil pero notable a la vez. Encontrar un aroma que realmente se parezca al de la flor natural en un cosmético es difícil, pero no es imposible, y aquí es donde entra esta bruma.

Es una bruma corporal perfumada se presenta en un envase de cristal, muy sobrio y pesado, con una ligera ondulación que le da un punto desenfadado, y contiene 200ml de un líquido totalmente transparente que promete refrescar la piel y el pelo a la vez que lo perfuma sutilmente. 

El aroma de esta que os enseño es Tiaré y Aloe vera, aunque yo el Aloe apenas alcanzo a notarlo, quizás porque es el Tiaré el que sin duda es el absoluto protagonista de esta bruma. Es imposible hacerle sombra al aroma de estas flores. Quizás sea poco objetiva, pero desde que he tenido oportunidad de olerlas he caído rendida a su olor. Y no es el primer cosmético que tengo que se basa en el olor de estas flores, pero sí ha sido el que más se ha parecido al aroma original, que ya es.

La utilizo sobre todo después de la ducha, aunque desde que la guardo en la nevera para potenciar el fresquito que aporta le he metido mano más de una vez a deshoras. En la salida el perfume es intenso, no lo digo a malas, si fuera excesivo no lo utilizaría en verano porque probablemente me cansaría, me refiero a que es notable, pero no debemos olvidar que no es un perfume, sino una bruma perfumada, y su cometido es refrescar y perfumar sutilmente, así que es muy poco probable que el aroma termine cansando. De hecho me gustaría que la duración fuese más alta y si La Sultane se animase a hacer un perfume de esta misma gama lo querría en mi colección.

La duración viene a ser la misma que la de un agua de colonia, al menos en el cuerpo, por momentos desaparece y creo que la he perdido pero un golpe de viento o un movimiento de muñeca hacen que vuelva de la nada, eso sí, de manera muy sutil, así que no tengo queja teniendo en cuenta su concentración. En el pelo sí noto que aguanta más y desde que la tengo no me faltan un par de flus tras cada lavado, hace que huela riquísimo, y aunque con el paso de las horas termina desapareciendo sin más, noto que la duración es más alta que en el cuerpo. 

Cuando desaparece, se va sin más, no varía el aroma en ningún momento ni le noto profundidad, quizás porque supongo que el Tiaré y el Aloe son sus dos únicas notas, pero tampoco he notado que envejezca mal, simplemente dejo de olerlo con el paso del tiempo sin pasar por esa etapa de 'mutación' a olores extraños o derivados.

Creo que para el tute que le estoy dando cunde bastante, también es verdad que son 200ml que dan para mucho, pero al ritmo que voy, creo que me va a venir corto el verano para gastarla y me alegro, porque sé que me va a gustar tener la oportunidad de olerla en invierno y recordar lo mucho que me gusta el aroma de estas flores.

Me ha gustado porque me resulta muy fresca, en la piel me resulta refrescante y agradable, más aún si la conservo en la nevera hasta el momento de utilizarla, y en el pelo la duración del olor es bastante decente. El aroma está muy conseguido, casi como oler directamente un puñado de tiarés, y digo casi porque creo que ningún perfume puede igualar la sensación de oler directamente una flor, pero sí puede evocar ese momento y esta bruma lo consigue, así que no le pido más.

Esta bruma y el resto de productos de la marca se pueden encontrar en su web oficial, que además La Sultane está de estreno con una nueva web en español (¡por fin!).

Si algo me ha quedado claro después de repetir con la firma, es que La Sultane de Saba maneja muy muy bien el aroma de las flores blancas.