Kia Ora | Bálsamo limpiador O-Balm y Champú Sólido Cubano

Y aquí está la segunda parte de la primavera Kia Ora que prometí traer unas entradas atrás. En la primera parte os hablaba del Jabón de Rosas y Té blanco y del champú sólido Rosmarín, y hoy toca variar un poco el tema, aunque sin dejar de lado los jabones, sello indiscutible y esencia de la marca, para hablar también de una de sus novedades que viene pegando fuerte: Su bálsamo limpiador O-Balm.

Para entrar en materia con O-Balm, creo que es justo y necesario empezar por el principio y explicar un poco qué es un bálsamo limpiador y para qué sirven. Son productos compuestos principalmente por aceites esenciales y mantecas, de ahí su textura bálsamo, generalmente densa y bastante grasa, y su gran potencia (por norma general) sensorial a la hora de utilizarlos. 

Todos se utilizan de la misma forma, se coge una pequeña cantidad y se masajea por el rostro suavemente, sin olvidarnos de disfrutar del momento relax y del aroma de los aceites esenciales mientras lo hacemos. Una vez hecho el masaje, pasamos a enjuagar con la ayuda de una muselina de algodón, muchas marcas recomiendan que con agua caliente aunque yo esto lo desaconsejo totalmente porque el agua caliente deshidrata la piel y a mi me hace más mal que bien, lo que sí suelo hacer de vez en cuando es humedecer la muselina con agua templada y ponerla sobre la cara para disfrutar unos instantes del aroma y del efecto de los aceites sobre la piel.

El resultado es una piel limpia, son capaces de retirar tanto el maquillaje como el protector solar sin comprometer absolutamente nada la piel, al contrario, les aportan muchos beneficios nutritivos, hidratantes y preparan la piel para los siguientes pasos en la rutina.  Y ahora sí, vamos con O-Balm.

O-balm bálsamo Multiusos

O-Balm no es sólo un bálsamo desmaquillante, de hecho mirando su composición y una vez que lo he probado me ha dado incluso pena utilizarlo únicamente así, y me parece casi un pecado limitar su uso a una sola tarea.

Es un bálsamo, sí, pero también es una mascarilla, una manteca, una hidratante facial o corporal... Kia Ora se ha lucido y ha creado un todoterreno para la piel. Además es uno de esos cosméticos de los que se disfruta todo: Textura, olor y hasta color.

Su composición va muy en la línea de la marca y la lista de ingredientes la encabezan el aceite de coco, la manteca de karité, y el aceite de babasú, este último cargado de antioxidantes junto con el aceite de macadamia. Además lleva mango y bergamota, que aportan luminosidad, aceite de zanahoria rico en Vitamina A y aceite de higo chumbo, con propiedades antiedad y detox. Cierra la lista el aceite esencial de palo rosa, que tiene propiedades reafirmantes y regeneradoras. 

Creo que ahora se puede entender mejor cuando digo que da pena tener esta maravilla sólo un minuto sobre la piel y pasar a enjuagarlo en seguida.

Su textura es algo más ligera que el resto de bálsamos que he probado, pero creo que tiene mucho que ver que lo he probado en verano y estoy segura de que con el frío y siendo el principal ingrediente la manteca de coco, solidificará bastante. Su aroma es una delicia, predomina el mango sobre los demás matices, pero puedo notar la bergamota y no sé si será sugestión, pero percibo también la zanahoria. Es un gustazo utilizarlo y es uno de esos cosméticos que además de por resultados se utilizan por placer sensorial, porque es muy agradable.

Como bálsamo limpiador funciona perfectamente, lo utilizo incluso en los ojos y me sorprende que no emborrona la mirada absolutamente nada, y es junto con el bálsamo de Skin&Tonic (del que tengo post en el horno) el único que no lo hace por más que frote. De hecho es con el único que no me importa no utilizar agua micelar para quitar esa primera capa de maquillaje. Al enjuagar, la piel está fresca, limpia y nutrida. Me gusta mucho que la textura no es nada pesada y es muy fácil retirarlo. No deja esa sensación de 'ahogo' que dejan otros y no tiene ningún tipo de efecto oclusivo. 

Como mascarilla, lo utilizo sobre la piel ya limpia y seca, justo detrás del limpiador al agua, y la dejo actuar todo el tiempo que sea posible. Total, mirando la lista de ingredientes, sólo pueden pasarle cosas buenas a la piel, así que la dejo actuar mínimo 20 minutos mientras que disfruto también de su aroma. El resultado es una piel muy suave y luminosa, con un aspecto sano y jugoso que también me ha ganado.

Como menos ha he utilizado es como manteca y es precisamente porque me gusta tanto como limpiador y mascarilla que no quiero que se termine, y cuantos más usos le de, menos cunde y aunque todavía me quede bálsamo para rato, no quiero que se gaste. Pero me parece un producto muy completo y por ahora, no soy capaz de verle nada malo.

La lista de ingredientes es:

Cocos Nucifera Oil (coconut/coco), Butyrospermum parkii butter (Shea butter/Karité), Orbingnya Oleifera Seed Oil (Babassu/Babasú), Magnigera Indica seed Butter (Mango), Olea Europaea fruit oil (aceite de oliva virgen extra), Macadamia Integrifolia Seed Oil (Macadamia nut/ Nuez de Macadamia), DaucusCarota Seed Oil (Carrot/Zanahoria), Opuntia Ficus Indica Seed Oil (Higo chumbo), Citrus Bergamia Peel Oil (A.E de Bergamota), Rosewood Essential Oil (A.E Palo de Rosa).

Champú Sólido Cubano

No podía cerrar este tándem de entradas sobre Kia Ora sino con uno de mis grandes descubrimientos de la marca. El que se ha convertido en mi champú favorito en cualquier formato y que sigue enamorándome cada vez que lo uso: Cubano.

Cubano es un champú sólido que se presenta en una pastilla redonda que bien podría parecer una piedra, porque es un jabón muy compacto y duro, que de primeras pensé que no haría mucha espuma porque al tacto y en seco es aparentemente muy poco cremoso, pero me equivocaba.

Es un champú indicado (en principio) para cabellos grasos, y digo en principio porque el mío no lo es, aunque sí tengo por épocas un pelo combinado, algo más graso en la raíz, pero no llega a ser ni mucho menos graso. Además es un champú que noto especialmente nutritivo, es decir, según parece Cubano no debería ser mi primera opción, pero no puedo estar más contenta con él. Que no os frenen sus indicaciones a la hora de probarlo, porque Cubano es muy bueno y me consta que no soy la única que así lo piensa.

Su INCI vuelve a tener como protagonista al coco, esta vez como tensioactivo suave, es el mismo que utiliza Rosmarin y según mi experiencia, uno de los más suaves. Le sigue el aceite de cáñamo, que me encanta como activo en la piel, pero que nunca había probado en el pelo y sí, aquí también me ha encantado. Aporta hidratación sin añadir peso, además es antiseborréico y previene la psoriasis y las descamaciones. Le sigue la arcilla caolín, que se encarga de absorber la grasa sin agredir el cuero cabelludo. La lista continúa con el azúcar moreno, que aporta protección, y el té blanco, astringente y seboregulador. Cierran la lista los aceites esenciales de limón y menta, que perfuman el champú.

Mi pelo no es graso, sino más bien normal, pero sí voy buscando que me dure más tiempo limpio, eso es exactamente lo que buscaba con Cubano y desde ya os digo que no lo conseguí, pero esto no supuso ningún chasco cuando comprobé el resultado al primer lavado.

Es un champú compacto, muy compacto y que dura bastante. Alternándolo con Rosmarin, estoy usando ambos desde casi principios de verano y los dos están algo más de medios. Al contacto con el pelo húmedo hace una espuma densa y muy gustosa, fina y abundante, y es algo que me sigue sorprendiendo de un champú sin sulfatos. El olor a menta y limón invade la ducha cuando lo utilizo.

Suelo usarlo dos veces cada vez, enjabono, enjuago y repito, y si utilizo acondicionador es únicamente por costumbre, porque con Cubano puedo ahorrármelo perfectamente. El resultado me en-can-ta, el pelo está suelto y muy brillante, con un movimiento que sólo tiene recién cortado, me impresionó tanto que lo tengo guardado para utilizarlo los fines de semana o cuando quiero lucir pelazo porque es una apuesta segura. Tiene una pega, y es que lejos de durarme más tiempo limpio, me dura lo mismo que con Rosmarín, incluso un pelín menos, pero se lo perdono. No puedo no hacerlo porque ningún champú me ha dado un resultado tan bueno de forma tan evidente.

Con estos dos no puedo estar más contenta, pero es que en general Kia Ora siempre me ha dado muchas alegrías y todavía no hay ningún producto de la marca que no me haya gustado (que ya es decir). Aunque sigo combinando los jabones y champús sólidos con los líquidos y aprovechando los beneficios de ambos, la verdad es que es muy difícil no sucumbir a los aromas y texturas que tiene esta firma en su gama.