Leche limpiadora de Mádara: La limpieza sin espuma

Últimamente repito la entradilla de algunos de mis post pero hoy tengo excusa y es imprescindible hacerlo: Si hace unos años me hubiesen dicho que la leche limpiadora sería (de buena gana), parte de mi rutina, me habría reído.

Y es que no se puede decir de este agua no beberé, y si hacemos caso al refranero tampoco negar que somos familia cercana de algún clérigo. El caso es que las leches limpiadoras no eran mi fuerte, las veía engorrosas y un tanto incómodas, más aún teniendo en cuenta el abanico de posibilidades, texturas y formatos que tenemos hoy día.

Hasta que les cogí el punto. Es verdad que había renegado de ellas sin darles demasiadas oportunidades, más en plan 'si no me entra a la primera, paso'. Y a veces hay que tener paciencia hasta con la cosmética.

Pero, ¿qué es una leche limpiadora?

Es una emulsión de aceites y agua que limpia la piel sin necesidad de espuma, por lo que el riesgo de irritación o deshidratación se minimiza. Están recomendadas para todo tipo de pieles, pero especialmente las secas, sensibles y deshidratadas. 

La leche limpiadora que hoy nos ocupa es de la Mádara, y como todos los productos de la firma letona, está certificada por EcoCert, lo que nos garantiza que es natural y orgánica, y en este caso también vegana, gluten free y nut free.

Esta leche limpiadora ya existía desde hace tiempo en la gama de Mádara, de hecho en 2010 ganó el premio a la mejor leche limpiadora según la revista Harspers Bazaar. Ahora esta nueva reformulación incluye 'una innovadora composición basada al 100% en aceites naturales que facilitan la retirada del maquillaje aportando una sensación súper ligera, permitiendo a la piel respirar y oxigenarse correctamente'.

Entre sus ingredientes, aceite de girasol, manteca de karité, glicerina, extracto de jazmín, extracto de tilo, exctracto de avena, extracto de caléndula, vitamina C (ascórbico), y Vitamina E (tocopherol). En definitiva, un cóctel de plantas que además de limpiar la piel, la calman y cuidan.

Como digo al principio del post, no era yo muy de leches limpiadoras, y digo era porque tras dar una oportunidad a esta (y a otras, como por ejemplo la de Ringana), ahora creo que es una gran aliada en mi limpieza diaria, sobre todo en la de la mañana.

Esta leche limpiadora tiene una textura media y a pesar de contener jazmín (con efecto calmante) yo le noto un sutil olor a almendras. La utilizo de dos formas, o bien pongo un pump sobre un algodón y lo paso sobre la piel, o bien la masajeo directamente con las manos. Para retirarla, también dos modos, o utilizo una muselina limpia y húmeda, o directamente con agua, dependiendo de qué me apetezca o según vea qué le conviene más a mi piel. En cualquier caso, la utilizo siempre por las mañanas, por lo tanto no puedo opinar sobre su poder desmaquillante aunque sí sobre su poder limpiador.

Mi piel es seca y deshidratada, y desde hace tiempo vengo notando que no necesito limpiarla tan profundamente por las mañanas, mucho menos con el frío, que termina resintiéndose más de la cuenta, aunque lógicamente no quiero renunciar a este paso, que a estas alturas es totalmente necesario para mi. Con el frío, la limpieza mañanera con jabón me viene muy larga y suelo notar la piel reseca después de ella, así que llegué a la conclusión de que según qué tipo de limpieza y en según qué épocas, me hace más mal que bien.

Tras una temporada alternando esta leche con los hidrolatos (concretamente este de Ábida) por las mañanas, he notado que mi piel sufre mucho menos y está igualmente limpia, pero más suave, hidratada y se resiente mucho menos. Al final las leches y yo vamos a ser amigas.

Es un producto muy suave y nada agresivo con la piel, por eso creo que es ideal para pieles como la mía, a las que el jabón termina resintiendo. Su textura es ligera y no noto que tras utilizarla aporte nada de grasa ni que deje sensación pesada sobre la piel, es otro punto que me ha ganado. 

Me costó acostumbrarme, no os voy a mentir, yo era la primera que (aunque sin mucho sentido) renegaba de estas texturas y las veía un tanto anticuadas, pero he notado beneficios, sobre todo a nivel deshidratación, que es algo que me preocupa bastante, y este producto lejos de dejarme la piel todavía más deshidratada después de limpiarla, la hidrata y la deja cómoda, suave, calmada, limpia y luminosa. No le pido más.

  

Os dejo la lista de ingredientes al completo:

Aqua, Helianthus Annus (Sunflower) Seed Oil*, Alcohol, Isoamyl Laurate, Sucrose Distearate, Butyrospermum Parkii (Shea Butter) Fruit*, Glycerin***, Sucrose Stearate, Aroma, Stearic Acid, Palmitic Acid, Xanthan Gum, Celullose, Jasminum Officinale (Jasmine) Flower Extract*, Tilia Cordata (Linden) Flower Extract*, Avena Sativa (Oat) Kernel Extract*, Plantago Major (Plantain) Leaf Extract*, Calendula Officinalis (Caléndula) Flower Extract*, Ascorbyl Palmitate (Vitamin C), Tocopherol (Vitamin E), Sodium Phylate, Lactic Acid, Citronellol**, Geraniol**, Benzyl Salicylate**, Eugenol**.

*Ingredients from organic farming.

**Natural Essentials Oils.

***Made using organic ingredients.

100% de los ingredientes de origen natural. 17% de los ingredientes son procedentes de la agricultura orgánica.

El envase contiene 200ml y cunden muchísimo, con un solo pump da de sobra para limpiar todo el rostro y tras casi dos meses utilizándola, calculo que todavía queda más de medio envase.

Si tienes la piel seca o deshidratada y notas que la limpieza con jabón de por las mañanas te viene larga y resiente tu piel, te animo encarecidamente a que des una oportunidad a este tipo de productos, quizás no es la opción más cómoda, pero sin duda es la menos agresiva y, al menos en mi caso, he notado la diferencia.

 Otro producto de Mádara que me funciona, y van unos cuantos. Esta firma me está dando muchas alegrías y creo, por lo que estoy descubriendo, que maneja con mucha soltura el cuidado de las pieles más delicadas.