Kivvi | Mermelada corporal Naranja y Vainilla

Después de tomarme un par de semanas de vacaciones en lo que a cuestiones blogueras se refiere, vuelvo a la carga y empiezo el nuevo año hablando de una marca que llevaba mucho en mi 'lista de marcas que no podía perderme'. 

Kivvi es nueva en el blog, también lo ha sido en mi rutina corporal, y justo me estrené con uno de sus productos míticos: La mermelada corporal.

Para quien no tenga el gusto de conocerla, deciros que Kivvi es una firma de cosmética natural y orgánica (certificada por EcoCert) creada en Letonia, que crea sus productos a mano y en pequeñas cantidades para garantizar la frescura y efectividad. Sus formulaciones están basadas en ingredientes antioxidantes y antienvejecimiento, como las bayas de los bosques del Báltico, el kiwi (del que toma su nombre), y los aceites naturales que extraen mediante primera presión en frío. 

Como he comentado, las mermeladas son quizás, su producto estrella, aunque también comercializan productos para el rostro, geles de ducha y lociones corporales entre otros, sin duda este es el producto del que más reseñas he visto y el que más desfila por las redes sociales, podría decirse que aunque últimamente el cuidado facial de la marca es mucho más visible (¡y tiene pintaza!), estas mantecas son (todavía) el Bestseller. 

El éxito en este caso es una virtud y consigue que este producto sea muy fácil de encontrar en tiendas online (y físicas, por supuesto) de cosmética natural. Esta que os enseño es de Adonia, pero con una búsqueda simple, puedes encontrarla en multitud de tiendas y es probable que en más de una ocasión, con algún descuento.

Mermelada corporal de naranja y vainilla

Kivvi es una de esas marcas que, aún sin conocerla, entra por el ojo desde el primer vistazo. Sus envases y el diseño de las etiquetas está muy cuidado y no pasa desapercibida en los estantes de las tiendas físicas, tampoco de las tiendas online. El envase de esta manteca es de cristal esmerilado de un color verde intenso y de tamaño medio, con una tapa de rosca metálica y una etiqueta bien diseñada con toda la información e ingredientes a la que acompaña una ilustración con efecto acuarela que hace referencia a los ingredientes de su aroma, en este caso, naranja y vainilla. Es sin duda uno de esos envases que no van a la basura y que una vez terminado el producto, tendrá una nueva vida.

La formulación de la manteca es una maravilla, para que os hagáis una idea, directamente encabeza la lista la manteca de karité y le sigue el aceite de coco. Si seguimos leyendo encontramos, por orden, aceites de uva, oliva, albaricoque, germen de trigo, macadamia, onagra, jojoba, aguacate y girasol. La lista continúa con extractos de kiwi, frambuesa, rosa canina, caléndula y ginkgo. Y ya está. Es un auténtico cóctel nutritivo y antioxidante para la piel.

Os dejo la lista completa:

Butyrospermum parkii (Shea butter)*, Cocos nucifera (Coconut) oil, Vitis vinifera (Grape seed) oil*, Olea europeana (Olive) oil*, Aroma**, Prunus armeniaca (Apricot) kernel oil*, Prunus cerasus (Cherry) kernel oil*, Triticum vulgare (Wheat germ) oil*, Macadamia integrifolia (Macadamia)oil*, Oenothera biennis (Evening primrose) oil*, Simmondsia chinensis (Jojoba) oil*, Persea gratissima (Avocado) oil*, Hippophae rhamnoides (Sea buckthorn) oil*, Ribes nigrum (Blackcurrant) seed oil*, Rosa rubiginosa (Rosehip) oil*, Actinidia chinensis (Kiwi) seed oil*, Rubus idaeus (Raspberry) seed oil*, Vitamin E, Humulus lupulus (Hops) extract, Calendula officinalis (Calendula) extract*, Ginkgo biloba (Ginkgo) extract*. 

* certified organic ingredient ** natural essential oils.

En cuanto a la funcionalidad y el efecto sobre la piel, tengo mucho que decir. De primeras he de confesaros que mi cerebro siempre procesó la palabra mermelada por encima de los ingredientes aún habiéndolos leído en no pocas ocasiones, y esto me hizo creer que la textura iba a ser un tanto gelatinosa, fundente y ligera. Y no. Tiene una textura muy compacta, en realidad sólo hace falta ver los ingredientes para darnos cuenta que una fórmula así, llena de aceites y mantecas, debe ser cuanto menos densa, y si a esto le añadimos el frío del invierno, el resultado es una textura muy muy compacta y un tanto difícil de sacar.

Imagino que en verano y más aún en estos lares en los que alcanzamos fácilmente los 40º, la textura cambiará a un estado casi líquido, pero ahora y con este frío, lo que hago es dejarla cerca del calefactor del baño mientras me ducho, así consigo ablandar la textura y coger la cantidad de producto que necesito sin demasiada dificultad.

En el fondo agradezco haberla descubierto en invierno porque he utilizado siempre la cantidad justa. En verano y conociéndome, me hubiese durado un suspiro. Me conozco y cuando un producto me gusta (y además huele bien), suelo tener la mano demasiado alegre y suelta.

A la hora de utilizarla, la cantidad a utilizar es mínima. Lo que suelo hacer es coger un poco, calentarla en las manos hasta convertirla en aceite y entonces sí, extenderla sobre la piel. Es mucho más sencillo así que intentar extender la manteca directamente, además de esta forma cunde mucho menos. Aunque en utilizarla por todo el cuerpo se tarda más por su densidad, el proceso lejos de ser tedioso es muy agradable. Ese aroma a naranja dulce (que yo aprecio muy por encima que el de vainilla, que apenas se deja notar) es delicioso y tiene el punto justo para no atosigar ni cansar. Es sutil, ligero y muy agradable.

El resultado, teniendo en cuenta los ingredientes, era de esperar: Piel muy nutrida, elástica, con un brillo precioso y con una capa que aporta una protección que en mi piel corporal, extremadamente seca y mucho más con el frío, agradezco. Eso sí, si para el cuerpo buscas texturas ligeras y que se absorban rápidamente, quizás no sea tu producto, mucho menos aún si la hidratación del cuerpo es algo que haces 'por obligación' y no por placer. Esta manteca es de las que se disfruta durante y después. No se absorbe enseguida pero en mi caso no resulta molesta ni pesada en la piel, al contrario, esa sensación de protección yo la agradezco mucho y las leches corporales se me quedan muy cortas en esta época.

En definitiva, para mi es un sí pese a que la textura sea un tanto difícil de trabajar a estas temperaturas. El resultado en la piel, lo que disfruto durante el proceso, la relación calidad-precio y el aroma son estupendos, y no me extraña que sea uno de sus productos estrella.

No descarto probar nuevos aromas y le tengo muchas ganas a algún producto de su línea facial, así que creo que Kivvi ha llegado a mi baño con intención de repetir.