Serge Lutens | Un Bois Vanille

A la vuelta de las vacaciones comenté en Instagram mi intención de hacer una sección sobre perfumes en el blog. Me resultaba raro que, siendo una de mis grandes pasiones, los perfumes no tuvieran un espacio propio en el blog, así que aquí estoy, cumpliendo (o al menos intentándolo) lo prometido.

El perfume del que hablaremos hoy lo tengo gracias Notino, una web que estoy segura que todas conocéis o habéis visitado en algún momento por la cantidad de marcas que posee a precios, en muchas ocasiones, increíblemente competitivos. Si no os suena su nombre actual, seguro que os ubicáis si os digo que es el antiguo Fapex.

Dicho esto, estreno sección y lo hago por la puerta grande, con un Serge Lutens, de hecho, es mi primer perfume de la firma francesa, y me llegó a ciegas, sin haberlo olido antes y lo elegí guiándome únicamente por sus notas, quizás por eso creo que puede ser, según he leído, de todos los Serges, el menos arriesgado para este tipo de compra.

Serge Lutens es, además de una marca de perfumería nicho, un artista francés, y digo artista en el más amplio sentido de la palabra. Ha sido (y en algunos casos, sigue siendo) peluquero, fotógrafo, diseñador, publicista y por supuesto, perfumista. Famoso entre otras cosas por su trabajo como director de colorido de Dior y Shiseido, para quien creó perfumes insignia como Noir. Lutens creó su marca propia, que cuenta a día de hoy con más de 80 perfumes, entre ellos, el que hoy nos ocupa: Un Bois Vanille.

Un Bois Vanille tiene a la vainilla como nota central y pilar que sostiene al perfume. Pero que esto no nos confunda. Últimamente la vainilla y los olores dulces han sido explotados hasta límites aborrecibles y a cualquier cosa dulce, empalagosa o ambas a la vez, se le llama vainilla. Este es un perfume de vainilla, pero de vainilla de verdad, no es una vainilla ultra azucarada. Su dulzor (porque lo tiene) es tenue, apagado. No se trata de una 'vainilla adolescente', sino que tiene un punto oscuro, amaderado, ahumado y cremoso.

Sus notas olfativas son sándalo, regaliz negro, leche de coco, cera de abeja, almendra amarga, almizcle, vainilla, benjuí, madera de gaiac y haba tonka.

Nada más pulverizar por primera vez un Bois Vanille, que recibí a principios de verano, supe que sería un perfume de otoño. Después descubrí que es igual de válido para noches frescas de verano, en las que lo he disfrutado muchísimo. Aún así, creo que es justo en esta época donde se le puede sacar el máximo partido a este perfume, que además es unisex.

Es un oriental que tira hacia lo gourmand pero sin pasarse, en su justa medida. Huele dulce, pero no lo llego a sentir como un postre. Es aparentemente sencillo, pero ni mucho menos es simple.

Su salida es chispeante, es donde puedo notar perfectamente la mezcla de vainilla con algunas notas de almendra que apaciguan la explosión dulce y regaliz negro, que lo hacen más vibrante que golosa. 

Este es un perfume que evoluciona, así que a los pocos minutos el regaliz se va para no volver, y aparecen la madera y la leche de coco. 

En mi piel, el coco es bastante débil, puedo percibir la nota lo justo como para percibir que la vainilla se vuelve mucho más cremosa, con un fondo de madera ahumada que me encanta. Es como si la madera no dejara que la vainilla convierta a este perfume en un perfume dulzón más, sino que la mezcla es muy especial y lo convierte en una vainilla adulta y misteriosa.

El perfume evoluciona y pasadas un par de horas, unas veces noto más la vainilla y otras la nota de madera ahumada. En cualquier caso, creo que la combinación está muy bien ejecutada, porque efectivamente es un perfume de vainilla, pero tiene un toque especial y profundo. 

En mi piel, este perfume envejece bien, es decir, una vez las notas se desarrollan completamente y pasa el tiempo, el aroma baja de intensidad, pero no evoluciona a olores extraños o sintéticos, siempre huele a Un Bois Vanille.

Es un perfume claramente cálido y acogedor aunque sin llegar a empalagar. Su calidez me recuerda a una noche de invierno frente a una chimenea, arropada con una manta. En este sentido y aún teniendo en cuenta que estamos ante un perfume con la vainilla como protagonista principal -que o la amas, o la odias- creo que está bien equilibrado. Si no te pasas con la dosis, no empacharás a tus acompañantes en caso de que no sean amantes de la vainilla, y esto siempre es algo a tener en cuenta.

La estela la definiría como media, no es de los más longevos o potentes que tengo, aunque en este caso creo que esto es una ventaja. Yo suelo utilizar tres pulverizaciones y pasadas cuatro horas puedo seguir oliéndolo. Pasado este tiempo, su olor va decreciendo poco a poco. Es, además, uno de esos perfumes que pasadas las horas y cuando piensas que se ha ido, vuelve.

¿Para quién es? Bueno, lógicamente, si eres amante de la vainilla, te recomiendo encarecidamente que lo pruebes en tu piel, porque puede ser un gran descubrimiento. Si te gustan los perfumes relativamente dulces, o cremosos, también puede ser para ti. No lo recomiendo a personas que no gustan de la nota central, el resto, podéis probarlo sin miedo al empacho.

Como definir perfumes es algo muy complicado, creo que puede gustarte si también te gusta, por ejemplo, Kenzo Amour. No se parecen en conjunto (Kenzo es más dulce), pero comparten la nota de vainilla, tonka y sobre todo, la cremosidad. Aunque la duración de este en mi piel es mayor y, en mi opinión, le gana también en elegancia.

Si estás buscando un perfume que huela a vainilla sin más, no lo vas a encontrar en este Serge, pero sí te recomiendo echarle un ojo -o la nariz- si tienes oportunidad, porque aunque no sea lo que estás buscando, creo que puede gustarte. Eso sí, pulverízalo siempre sobre tu piel. Los perfumes evolucionan de forma diferente en cada persona, por lo que en tu piel puedes notar más otras notas secundarias como el haba tonka o la miel, mientras en la mía noto más la madera y la cremosidad.

 Por ahora, es uno de los perfumes con nota de vainilla que más me han gustado. Dudé entre este y uno con la misma nota protagonista de L'artisan Perfumeur (que también oleré en cuanto tenga oportunidad), pero por ahora estoy muy contenta con la duración, la permanencia y la evolución que tiene este. Es notable sin empalagar y dura lo suficiente para disfrutarlo sin hartarme. La combinación de notas es equilibrada y elegante, y sé que va a ser un gran protagonista esta temporada.

Y a ti, ¿Te gustan los perfumes con notas de vainilla? ¿Cuál es el tuyo?