Kombu Néctar | El nuevo bálsamo de Ami Iyök

Es curioso: Tengo varios productos de Ami Iyök en uso, y todos ellos están pendientes de revisión en el blog, sin embargo, voy a empezar por el final, es decir, por el último lanzamiento de la marca, Kombu Néctar. No era mi intención hacer las cosas al revés, pero soy consciente de que en este momento es el producto estrella de la marca y quizás haya quienes estén buscando reseñas sin mucho éxito, así que, por si puede ser de ayuda, aquí está la mía.

Ami Iyök es una marca que me gusta, (de hecho, no es la primera vez que aparece por el blog, y no será la última), por varios motivos: 

• Su filosofía: La marca es cruelty free, vegana y respetuosa no sólo con el medio ambiente, también con los animales, defendiendo sus derechos de forma muy activa. 
• Su formulación: Es una de las primeras marcas españolas en hacer una cosmética con fórmulas de este nivel, con activos de primera línea e incluso patentes propias. 
• Las personas: Elena, creadora de la marca, es una persona súper cercana, amable y siempre está dispuesta a resolver cualquier duda. Esto para mi, es un plus significativo.
• Aunque pueda sonar frívolo: Los envases. Y es que efectivamente suena y es frívolo, pero los envases de Ami son absolutamente preciosos, y bueno, puede parecer algo secundario, pero para mi es algo que también cuenta, al igual que cuenta sensorialidad de los productos (cosa que también le sobra a la marca, por cierto).

Podría decir más, pero creo que con estas podéis haceros una idea de a qué me refiero cuando digo que la marca, como concepto general, me gusta.

El producto que hoy nos ocupa es su último lanzamiento, su nombre es Kombu Néctar y es un limpiador facial en base aceite, que además se puede utilizar como mascarilla de noche. La cosa promete, así que sin más preámbulo, vamos a verlo.

Kombu Néctar

La principal novedad en este bálsamo es que han desarrollado una patente propia con el hongo Kombucha, que promete ser eficaz nutriendo y protegiendo la piel, además de ser antienvejecimiento. 

Aunque es el principal activo, no es el único, también contiene alga espirulina, que lucha contra los radicales libres y el envejecimiento celular, açai como activo antioxidante, y aceite de chía, que potencia la producción de colágeno. Si os interesa conocer más y mejor los ingredientes, tenéis mucha información en su página web.

Os dejo el INCI al completo:

Olea Europaea (Olive) FruitOil*, PrunusAmygdalus (Almond) DulcisOil, Cera Alba, Butyrospermum Parkii (Shea) Butter*, Saccharomyces/Xylinum/Green Tea Ferment/AcidLactic (and) Glycerin, Hispanica (Chia) SeedOil, PlukenetiaVolubilis (Sacha Inchi) SeedOil, Argania Spinosa (Argan) Kernel Oil*, Euterpe Oleracea (Açai) PulpPowder*, Arthrospira Platensis (Spiruline) Extract, Citrus Bergamia (Bergamot) Peel Oil, Citrus Aurantium Dulcis (Orange) PeelOil, Lecithin, Tocopherol, Sucrose, SodiumChloride, Linalool, Citral, Limonene.

Una vez explicado el concepto, vamos a lo que interesa, ¿qué tal es?

El bálsamo se presenta en un envase de cristal de 100ml, una cantidad más que decente. Tiene un color amarillo apagado y una textura densa, muy muy rica. Su olor es agradable aunque sutil, tiene un punto cítrico muy ligero y no creo que, en caso de que no te guste, sea impedimento para utilizarlo, porque se percibe pero no atosiga.

¿Limpiador o mascarilla?

Lo he utilizado de ambas formas, como limpiador, cojo una pequeña cantidad y masajeo en el rostro hasta convertir el producto en aceite, y justo después paso a retirarlo con una muselina húmeda. Este bálsamo no emulsiona, así que la muselina será imprescindible para poder retirarlo correctamente. Acto seguido paso a la limpieza al agua.

El resultado es una piel limpia, fresca, y muy hidratada. Retira los restos de maquillaje y protector solar sin problema. Eso sí, yo suelo retirar el maquillaje de los ojos con agua micelar antes de pasar al bálsamo, así que no os puedo decir qué tal funciona con la máscara y demás artillería pesada. El resto del maquillaje lo retira estupendamente, y mi piel seca está cómoda y elástica después de usarlo, cosa que agradezco mucho.

Como mascarilla nocturna, utilizo más o menos la misma cantidad y la pongo sobre la piel limpia, dejando una capa fina pero uniforme justo antes de irme a dormir. Tengo que decir que era un tanto escéptica con el tema de las mascarillas nocturnas, pero el resultado me ha gustado incluso más que usándolo como bálsamo (y ahora me da pena usarlo así, dejándolo posar tan poco tiempo sobre la piel). 

A la mañana siguiente noté la piel elástica, luminosa y 'rellena'. Mi piel es seca y con el frío sufre bastante, se resiente y tiende a tener 'pielecillas' en las zonas críticas (frente, aletas de la nariz y mejillas). Es probable que el resultado sea una combinación de los productos que tengo en la rutina, pero justo al empezar a utilizar el Kombu como mascarilla, no he vuelto a ver las pielecillas ni he vuelto a tener descamación, así que creo que la contribución ha sido evidente.

Eso sí, os recuerdo que es un bálsamo en aceite, por lo que el proceso puede resultar algo pringoso, sobre todo si como yo, eres más bien generosa con las aplicaciones. Yo aprovecho para usarlo la noche anterior al cambio de sábanas, y así me ahorro posibles disgustos.

En general, me parece un producto muy versátil y sobre todo, efectivo. Los 100ml cunden bastante y el precio (45€), aunque no hacen de él un producto low cost, tampoco es excesivo si tenemos en cuenta que dobla la cantidad de muchos productos en la misma categoría.